miércoles, 5 de octubre de 2016

DESPACIO, QUE HAY PRISA...

- ... Hay cosas capaces de moverse, que tienden a un fin,
y hacen esfuerzos para conseguirlo. Pues bien, si en cada
uno de estos arranques pasan al lado del fin o meta sin
tocarlos, ¿procede esto de que se mueven con medida o,
por el contrario, de que se ponen en movimiento sin ella?
- Sin medida, evidentemente.                                           
Platón, El sofista o del ser.


Hablo de proceso de paz, del plebiscito del 2 de octubre, de este país.

Que no hubiera "Plan B" en ningún caso (que ganara el SÍ, que ganara el NO) no es demasiado grave. En La Perrilla, de Marroquín leemos:

"Es flaca sobremanera
toda humana previsión,
pues en más de una ocasión
sale lo que no se espera."

Y como el resultado de las urnas ha sido inesperado para todos, ahora resulta que se buscan por todos los medios argumentos de los que no se disponía, y de nuevo se apela a opiniones poco consistentes, sobre todo emotivas, para "cercar" a los contradictores, o para eludir compromisos, o para "demostrar" que las razones de un lado pesan y valen más que las del otro.

Y como hay prisa, porque las condiciones pueden variar, porque el "diálogo" ya no es entre dos sino entre tres, es necesario considerar el panorama con la complejidad que tiene, porque el simplismo, el reduccionismo y el apasionamiento nos llevan a no ver (a distinguir) ni el bosque ni los árboles.

No creo que quienes promovieron el NO en el plebiscito del domingo 2 de octubre sean ingenuos. No creo que su idea de que "se hizo entrega del país a las FARC" tenga sustento sólido: saben que los acuerdos que se sometieron a refrendación son el resultado de arduas discusiones que tomaron algo más de cuatro años; saben que los negociadores del gobierno no son ni miembros, ni cómplices, ni simpatizantes, ni voceros de las FARC; saben que las conversaciones llevaron a momentos álgidos y que hubo más de un momento en el que estuvieron a punto de suspenderse, saben que cuando se negocia los límites de un posible acuerdo los fijan los interlocutores de cada parte...

Los negociadores de las dos partes llegaron a la conclusión de que el acuerdo final era el punto medio de la discusión. Por eso se redactó el documento y por eso se planteó la firma.

Ahora el asunto es de interpretación. Veamos:

En el escrito de Iván Duque Márquez, vocero del Centro Democrático, publicado por el diario EL ESPECTADOR en la edición dominical del 2 de octubre, se plantea que "Con el NO estamos pidiendo que se corrija el artículo 36 del Acuerdo de Justicia, que contrario a lo que dice nuestra Constitución, está permitiendo que los máximos responsables de crímenes de lesa humanidad puedan llegar a cargos de elección popular." (sic)

El simplismo en la formulación deja de lado contextos, condiciones y resultados del acuerdo. Primero, porque lleva a pensar que no hay juzgamiento, que no hay exigencia de verdad, que no hay reparación, que no hay penas privativas de la libertad y de derechos (por ejemplo, a elegir y ser elegidos, para quienes no se sometan a las condiciones pactadas). Obviamente, las penas de una Justicia Transicional no son las mismas que prevé la justicia ordinaria, porque entonces no habría acuerdo. Segundo, porque olvida que decenas de países del mundo y organizaciones internacionales (incluidas la ONU, la OEA, Aministía Internacional, Human Wrights Watch, la Unión Europea, para mencionar algunas) harán el seguimiento de cada paso que se dé en la implementación de cualquier acuerdo (el pactado o el que resulte de una "re-negociación", aunque creo que se trata más de unas precisiones para quienes leyeron mal). Tercero, porque desconoce el fundamento de un acuerdo de paz entre quienes se han enfrentado en una guerra: no se trata de "vencer" y "someter" a la contraparte, negándole cualquier posibilidad de actuar, sino de construir un escenario en el que quienes negocian puedan seguir actuando sin tener que regresar a la situación previa (es decir, a la confrontación con armas "legales" e "ilegales").

Sigue Iván Duque: "Con el No estamos pidiendo que se corrija el artículo 38 del Acuerdo de Justicia, donde se quiere convertir el asesinato de soldados y policías en un delito conexo al delito político con fines de amnistía, llamándolos `muertes en combate a la luz del DIH´, cuando las FARC nunca han cumplido con esos lineamientos".

La generalización es peligrosa. Las FARC seguramente asesinaron soldados y policías, pero también combatieron con soldados y con policías. Jamás un medio de comunicación, al referirse a la muerte de un guerrillero, habló de asesinatos; siempre se dice que los contrarios son "dados de baja". Del mismo modo podría pensarse que los muertos de Hiroshima y Nagasaki son "bajas" y no asesinados; o que los muertos civiles en bombardeos no son asesinados, o que las víctimas de los llamados "falsos positivos" no son jóvenes asesinados (dijeron que eran "bajas", lo cual constituye un doble crimen). De nuevo se pierden contextos y condiciones.

En casi todo el texto hay interpretaciones basadas en el supuesto de que la mayoría de los puntos acordados esconden una "non sancta" intención. Pueden leerlo, pues seguramente el documento se encuentra en el sitio del periódico en la red.



En entrevista concedida a CM&, la Ministra de Relaciones Exteriores planteó que "la carga de la argumentación está ahora del lado de los promotores del NO". Entre tanto, algunos amigos del NO expresaban en las redes sociales que "ahora se quiere que asumamos la responsabilidad por el éxito o el fracaso de las negociaciones".

Gobierno y FARC negociaron. Llegaron a un acuerdo (el que pudieron). El plebiscito invalida ese acuerdo (no una parte, lo invalida todo). Lo que sigue debe ser plantear otro acuerdo (quizás manteniendo algunos puntos del que se invalidó). Pero los argumentos de los dos partes que negociaron se plantearon y se discutieron durante más de cuatro años. Un nuevo actor plantea que no se le escuchó y que tiene nuevos elementos y nuevos argumentos para re-negociar: ¿Quién debe negociar?

Se involucran en el proceso o no están en él. Al parecer, se espera que el gobierno nacional le imponga a las FARC los nuevos elementos y los nuevos argumentos que los promotores del NO consideran que deben reorientar el proceso. Dicen que es el "mandato" de las urnas.

La razón de ser de un acuerdo es que se llega a una posición intermedia. Por eso se habla de que no puede haber vencedores ni vencidos. Se ofrece y se cede de parte y parte. La negación del otro no puede ser ni comienzo ni fin de un diálogo (porque entonces se trataría de un "monólogo" disfrazado, de un ejercicio de poder).

Hay un TERCER actor en la negociación, que reclama no haber sido escuchado. La idea es que se le escuche por parte de quien señala como su contradictor y como quien obtuvo ventajas insostenibles. El gobierno negoció y llegó hasta donde pudo llegar (de nuevo, no puede creerse que los negociadores del gobierno fueron ingenuos o que son apátridas o que son guerrilleros): lo que se esperaría es que los NOÍSTAS convenzan a las FARC de que acojan sus propuestas de cambio en el acuerdo. Que los expongan (no pueden pretender que los negociadores del gobierno, en quienes no creen, los presenten en un nuevo ciclo de conversaciones) y que además expongan sus argumentos, y que convenzan a las FARC de que el único acuerdo posible, viable, justo y razonable para alcanzar una paz estable y duradera es el que ellos proponen.

*          *         *          *          *

Hay prisa, porque el tiempo es un bien escaso y porque la incertidumbre crea un ambiente que favorece la posibilidad de que se actúe pasionalmente.

*          *          *

La semana pasada leí la novela del nicaragüense Omar Cabezas, La montaña es algo más que una inmensa estepa verde, en la que narra que estando en una vereda alejada del país "urbano" habló con una mujer y le explicó que la tierra gira alrededor del sol y sobre su propio eje, y que no es plana. Ella lo miraba incrédula y llegó a pensar que era objeto de burla.


De nuevo mis abrazos para tanto amigo que lee, comenta y conversa.

En Bogotá, octubre 5 de 2016

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