viernes, 25 de octubre de 2013

Complejidad y Perspectivas de Vida


Hace apenas tres días, realizando una sesión tutorial para una de mis clases de Redacción, una estudiante se me acercó para comentarme algo en relación con su lectura del texto Elogio de la Dificultad, de Estanislao Zuleta, que puede encontrarse fácilmente si se desea buscar y hallar una reflexión acerca de la marcada tendencia que en nuestros tiempos siguen muchísimas personas para procurar eludir todo aquello que signifique esfuerzo, dedicación, compromiso...

Me dijo que tuvo un profesor de matemáticas que siempre le hizo sentir que este campo del saber no estaba hecho para todo el mundo, que había que trabajar muy duro para llegar a la comprensión del sentido y la lógica propia de las matemáticas, que se trataba de un área enormemente "compleja". Ella asumió que la estaba descalificando, y llegó a pensar que las matemáticas eran un saber al que sólo accedían personas con algún tipo de fijación extraña (cierto tipo de "perversión"), o que se trataba de una materia "auxiliar" de algunas profesiones o del lenguaje propio de científicos condenados a vivir en un mundo de abstracciones poco o nada conectadas con lo que ella consideraba la realidad. Terminó odiando tanto las matemáticas como al profesor que, a pesar de "demostrarle" que el lenguaje matemático era "impenetrable", le imponía someterse a duras jornadas de estudio para preparar exámenes en los que rajaba a la mayoría de sus estudiantes, quizás para dejar en claro que él era alguien especial, uno de esos profesores que domina un saber y un lenguaje hechos para unos pocos privilegiados.


Su pequeña historia con las matemáticas me pareció exactamente igual a la de muchos jóvenes que he conocido tras más de veinte años de ejercicio en la docencia, y le hice notar que seguramente también tuvo otros "docentes" que le hicieron sentir lo mismo con la física, la química, la biología, el lenguaje, la historia, la geografía, la anatomía, la geometría... Es más, seguramente -le señalé- hay profesores en las universidades que se deleitan exhibiendo sus saberes "complejos" y que diseñan pruebas intencionalmente complicadas para hacer ver a los estudiantes que ellos son expertos o especialistas o grandes y sabios eruditos.

Le dije, entonces, que el problema con el conocimiento matemático no es tanto que éste sea complejo sino que generalmente en nuestro medio los docentes, incluidos los licenciados en matemáticas, se forman con enormes limitaciones, y que se especializan tanto en un campo que dejan de ver las relaciones del mismo con otros, que en verdad no trabajan en un área compleja del conocimiento sino que lo simplifican en demasía y que lo peor del asunto es que ellos sí llegan a creer que lo complicado (lo más abstracto y menos útil, lo más distante de cualquier posibilidad de ser comprendido) es el verdadero saber.

En mis primeras clases de cada semestre suelo citar una sentencia de un poema de Bertold Brecht en el que afirma que lo que no sabemos por nosotros mismos en verdad no lo sabemos. Trabajo para un programa de formación de Comunicadores Sociales y permanentemente le muestro a los estudiantes que un comunicador debe estar dispuesto a conocer muchos aspectos de la realidad y acercarse a múltiples campos del conocimiento. Un ejemplo: si me ofrecen manejar la sección ambiental de un periódico, seguramente tendré que enterarme de qué es el calentamiento global, qué es la capa de ozono, por qué se derriten los casquetes polares, qué agentes contaminantes del aire o del agua se producen en mayores cantidades en diversos campos de la producción, y habré de interesarme por saber qué se propuso con la llamada "Revolución Verde", y qué es un biodigestor... Y si me ofrecen trabajar como reportero de una sección política tendré que conocer algo sobre la historia de mi país, informarme sobre cómo han evolucionado los partidos políticos, qué significa en política hablar de "derecha" o de "centro" o de "izquierda", sobre cómo funcionan los organismos legislativos de diferente nivel, sobre cómo una constitución transformó las posibilidades de la acción política partidista y de la ciudadanía....

No nos dan conocimientos complejos ni nos preparan para comprender la complejidad del mundo en el que vivimos... Por el contrario, todo lo simplifican, lo reducen a datos que debemos memorizar porque para los docentes son la expresión del "saber" de cada materia, lo convierten en información que -supuestamente- expresa el conocimiento de una disciplina. Y entonces, los estudiantes "conocen" los nombres de los autores de moda, y "saben" qué dicen, y algunos hasta llegan a recitar de memoria algunos de sus planteamientos, o sus análisis, o sus reflexiones; pero nada más. No saben y no se les permite saber, porque el saber es para iniciados (llámense docentes, o especialistas o agentes activos en el mundo real). El estudiante jamás será protagonista, jamás se planteará la necesidad de intentar transformaciones, jamás cuestionará el saber libresco de sus profesores. Todo es trágica y absurdamente SIMPLE. Lo que se ha desterrado en nuestra educación es la posibilidad de desarrollar una mirada global, compleja, sobre el mundo en el que vivimos.

¿Por qué la formación en universidades de élite sí trabaja en torno a la complejidad? Porque se trata de un nivel de construcción del pensamiento que no se puede democratizar en una sociedad que se sustenta en la existencia de desigualdades en casi todos los órdenes. Si se trabajara más en la perspectiva del desarrollo de un pensamiento matemático que en "temas" y "recetas" (fórmulas) para resolver problemas que no tienen nada que ver con la vida, tendríamos muchos jóvenes pensando, y éso es problemático para una sociedad como la nuestra. Si tuviéramos comunicadores que se formaran en la formulación de preguntas en torno a por qué pasa con nuestra población lo que pasa, se reduciría el volumen de votos que permiten que nuestros senadores y "representantes" y diputados y concejales se eternicen en unos cargos que principalmente sirven para enriquecerlos y asegurar buenas relaciones y negocios para sus familias.

La realidad es compleja. El mundo es complejo. Así lo hemos hecho los humanos, porque -como dice Zuleta- salimos del paraíso y estamos obligados (felizmente condenados) a diseñar la vida que queremos vivir.


El pasado jueves 24 de octubre escuché en una de esas emisoras que gozan de enorme prestigio (somos tan simples) a un Director de Noticias que se escandalizaba a micrófono vivo porque una madre prostituyó a 14 hijas. Según lo que él "supo" (que es lo que hace público, porque cree ser "objetivo") esa mujer vendió la virginidad de sus niñas. Entonces "mostró" su indignación públicamente, y se rasgó las vestiduras (una figura que le encanta a los fundamentalistas de toda pelambre), y pidió cadena perpetua para la madre desnaturalizada que se atrevió a tanto, y abogó por penas cada vez más severas para ese tipo de madres. Al rato, decidió hablar en directo con una psicóloga de prestigio, pensando que ella avalaría su apreciación sobre el caso. Pero la psicóloga no comió cuento por estar al aire en cadena nacional con un supuesto conductor especializado en una gran emisora: le preguntó si había averiguado por la condición mental de la señora, si conocía algo acerca de sus condiciones de vida, si tenía información sobre su pasado; le preguntó si solamente es culpable ante la sociedad esa mujer o lo son también quienes compraron la virginidad de las niñas; le preguntó si cree que este tipo de situaciones desaparecerá si se imponen penas cada vez más severas para quienes los moralistas señalan como culpables...

El mundo, ciertamente, es complejo.

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